‘Filin’ en El Secadero
Transcripción textual de la sección Trasnoches por Juan Jesús García en IDEAL el 27 de Junio de 2004.
Los trasnoches del Festival largan su radio de acción llegando a una de las salas emblemáticas de la cultura musical en vivo de nuestra provincia, El Secadero de Alhendín. Estrenando escenario e iluminación para la ocasión en la terraza del local, la cubana Jamila Castillo convirtió el recinto granadino en lo más parecido a las descargas de ‘filin’ de los habaneros Callejón de Hammel o El Gato Tuerto, espacios donde nació esa suerte tan cubana de canción bolerística jazzificada que es el ‘filin’, y ahora ambos más dedicados
a la atracción turística que a otra cosa.
Jamila nos llegó en su versión de cantante arrebatada del género más pasional que existe. Y aunque fuese anunciada como intérprete de boleros, la habanera se salió con mucho de ese estricto cometido; y más que hubiese deseado puesto que cuando asomaba la clave y algún tumbao anunciaba mayor agitación, ella misma frenaba aparentemente en función de lo que traducía que quería el público. Cantante y también animadora, en la mejor tradición del cabaret cubano, Jamila estuvo acompañada por el exquisito pianista Leonel Castillo
y por el guitarrista Ricardo Urrutia, dos voces muy diferentes aunque coincidentes en refinamiento y templanza; el uno con una digitación caribeña y pulsación jazzera, y el otro, a pesar de su procedencia norteña, con calidez
brasileña y un fraseo en ocasiones más argentinas y tangueras. Juntos y por separado enmarcaron la interpretación de la cubana, a la que hay que situar
en la tradición de las mujeres cubanas que han hecho de la bolerística el punto de partida para sus interpretaciones, pero sólo de partida.
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