Al llegar en 2005 a la ciudad condal, Jamila encuentra un terreno fértil dentro de una movida de músicos latinos dedicados al jazz y la world music. Allí forma un dúo con el guitarrista y compositor uruguayo Alejandro Luzardo. Esta colaboración trascendió el repertorio ya consolidado de Purofilin, ya que la cantante cubana añadió su sello en las producciones de La candombera, banda insigne de Luzardo. Esta fue su primera maqueta, grabada en un home estudio del barrio de El raval. El dúo finalizó en 2011, cuando Alejandro regresó a su país natal.